El tiempo libre, el estado de la
persona cuando no trabaja y del trabajador inactivo, se ha transformado tras
más de dos mil años de historia occidental en una herramienta para mejorar el
estilo de vida y el bienestar colectivo e individual.
El ocio, y el turismo como parte
integrante de él, aparecen en nuestros días como componentes fundamentales de la
realidad del ser humano, ya que son un magnífico instrumento para el
enriquecimiento cultural, profesional y social de las personas, y uno de los
principales mecanismos que tiene la propia sociedad para mantener el siempre
difícil equilibrio entre los diferentes colectivos que la conforman y entre los
distintos agentes que operan en ella.
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