viernes, 25 de enero de 2013




El tiempo libre, el estado de la persona cuando no trabaja y del trabajador inactivo, se ha transformado tras más de dos mil años de historia occidental en una herramienta para mejorar el estilo de vida y el bienestar colectivo e individual.

El ocio, y el turismo como parte integrante de él, aparecen en nuestros días como componentes fundamentales de la realidad del ser humano, ya que son un magnífico instrumento para el enriquecimiento cultural, profesional y social de las personas, y uno de los principales mecanismos que tiene la propia sociedad para mantener el siempre difícil equilibrio entre los diferentes colectivos que la conforman y entre los distintos agentes que operan en ella. 

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